viernes, 30 de julio de 2010

Cuando temo confío en Dios

Cuando temo confío en Dios
Salmo 56:3-4

56:3 En el día que temo, yo en ti confío.
56:4 En Dios alabaré su palabra; en Dios he confiado; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?

El temor es una reacción normal del ser humano cuando se siente amenazado por algo o por alguien. Cuando sentimos temor debemos recurrir inmediatamente a nuestro Dios declarando que confiamos en que Él nos protegerá tal y como lo promete en muchos pasajes de la Biblia. Esta confianza en lo que dice la Palabra de Dios nos lleva a alabarle y también a quitar el temor. Por eso podemos decir con el salmista que si hemos confiado en Dios, ¿qué puede hacernos el hombre?

miércoles, 21 de julio de 2010

Completa paz

Completa paz
Isaías 26:3

26:3 Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.

La paz es un fruto del Espíritu que podemos experimentar en la medida en que confiamos más en Dios. Para lograr esta confianza, requerimos acercarnos más a Él y que nuestro pensamiento persevere en Él. Perseverar en Dios significa mantenerse constante en nuestra relación con Él. Esto conlleva luchas principalmente consigo mismo. Vale la pena porque la paz es uno de los regalos más valiosos que Dios puede ofrecer.

miércoles, 14 de julio de 2010

Todo ayuda a bien

Todo ayuda a bien
Romanos 8:28

8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Es importante que este principio bíblico sea parte de nuestra vida y que sea reflejado en nuestra actitud hacia las situaciones que nos ocurren. Si confiamos en que Dios actúa de esa manera, nada nos podrá hacer caer porque entenderemos que todo lo que nos sucede tiene un propósito más grande.

viernes, 2 de julio de 2010

Temor de Dios

Temor de Dios

Proverbios 9:10

9:10 El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia.

Implica:

- Ser concientes de que siempre estamos ante su presencia.
- Anhelar hacer su voluntad.
- Tratar de agradar a Dios y no a los hombres ni a si mismo.
- Vivir puros en santidad.
- Demostrar que amo a Dios y que es mi prioridad.