martes, 24 de agosto de 2010

La redondez de la Tierra

La redondez de la Tierra

Isaías 40:21 - 22

Isaías 40:21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó?
Isaías 40:22 Él está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.

Este pasaje es de los más citados para demostrar la veracidad de la Biblia desde el punto de vista científico. Y en realidad es muy interesante saber que hace más de 2500 años Dios reveló la realidad de la redondez de la tierra, aceptada hasta hace pocos siglos. Esto nos hace reflexionar en la sabiduría que hay en la Palabra de Dios y en la atención que debemos prestar por el bien de nosotros mismos. Si este pasaje se complementa con Job 26:7 “Él extiende el norte sobre vacío, cuelga la tierra sobre nada”, escrito aún antes que Isaías, nos queda un panorama completo sobre la situación real de la Tierra, según las palabras de su Creador: Dios.

miércoles, 18 de agosto de 2010

La senda del justo

La senda del justo
Proverbios 4:18

4:18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto.

La senda de los justos es una representación de la vida de quienes hemos sido justificados por Cristo. El pasaje dice que es como la luz de la aurora. Esta luz inicia cuando la noche acaba de terminar, esto es, el cambio de noche a día. Es como cuando tomamos la decisión de aceptar a Cristo como nuestro salvador, estábamos en tinieblas y vinimos a la luz. Pero todo no queda ahí, sino que va en aumento hasta que el día es perfecto. Nuestra búsqueda de Dios debe ir en aumento así como la luz de la aurora… hasta que el día es perfecto. Indudablemente ese día perfecto será cuando nos encontremos cara a cara con nuestro Salvador.

viernes, 6 de agosto de 2010

Hijo de Dios

Hijo de Dios
Juan 1:12

1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

El inconmensurable y eterno privilegio de ser hijo de Dios no es algo que se pueda ganar ni merecer. Dios solo da esa potestad a aquellos que reciben a Cristo en sus vidas y creen en Él. Ese creer significa algo más que afirmar que Jesucristo es el Señor. Es confiar en que su sacrificio en la cruz es suficiente para salvarnos.